Por sus propiedades, el aceite de lavanda resulta especialmente útil para:
— Combatir el estrés, la ansiedad y el nerviosismo.
— Mejorar los problemas de sueño y el descanso nocturno.
— Aliviar dolores como el dolor de cabeza, el dolor de regla o dolores musculares como las agujetas o las contracturas.
— Regular la tensión arterial, tanto por su efecto hipotensor como por su acción sobre el sistema nervioso.
— Favorecer la regeneración de la piel, por ejemplo en quemaduras de piel leves por contacto con algo muy caliente, quemaduras solares, rasguños o rozaduras.
— Calmar los picores de piel y mejorar ciertos tipos de eccema en la piel sensible.
— Mejorar la psoriasis, ayudando a cicatrizar la piel, desinflamar y alivia el picor.
— Mejorar el acné.
— Promover el crecimiento del cabello y la salud del cuero cabelludo.
— Prevenir los piojos en los niños.
El aceite esencial de lavanda se puede utilizar de varias formas diferentes:
— En un difusor aromático colocado en la habitación u otra estancia de la casa o en la oficina.
— Aplicado sobre la piel con un masaje. Se puede aplicar en el vientre para el dolor menstrual, en las sienes para el dolor de cabeza, en la espalda para aliviar una contractura…
— Con un roll-on para aplicar en muñecas y detrás de las orejas.
— Colocando unas gotitas en la almohada en el dormitorio, para que favorezca el sueño y el descanso.
— Para el cabello, aplica dando un masaje en el cuero cabelludo.
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